El ” nuevo” asesor financiero

Los escándalos financieros de los últimos años, la actual coyuntura de los mercados con bajos tipos de interés y elevada volatilidad, y la falta de una educación financiera sólida, hace que las decisiones sobre que inversiones realizar para optimizar nuestros ahorros, sean realmente complejas. En estas circunstancias, el asesor financiero independiente emerge como una “nueva” figura clave para orientar este tipo de decisiones.

Hasta ahora, el ahorrador en nuestro país se ha caracterizado por un escaso conocimientos de los productos financieros, confiando ciegamente en el asesoramiento que le prestaban las entidades financieras. El Director, el interventor de la sucursal o en su defecto el gestor de banca personal, han sido las figuras que habitualmente han realizado las funciones de asesor financiero, si bien, dicho asesoramiento ha estado limitado al deposito bancario en general, y a ciertas orientaciones sobre los mercados de renta fija y variable. Además este asesoramiento no deberíamos considerarlo “independiente”, en la medida que dichos asesores eran los propios comercializadores de los productos financieros de la entidad financiera para la que trabajaban.

Mientras que el asesoramiento fiscal se encuentra muy extendido en nuestro país, el asesoramiento financiero ejercido por expertos nunca ha sido especialmente demandado. En cambio, ahora existen circunstancias obvias para confiar nuestras decisiones de inversión a asesores financieros independientes. En primer lugar, puesto que los tipos de interés se encuentran en mínimos históricos, la obtención de una rentabilidad razonable se encuentra ligada a la necesidad de asumir riesgos. En la actualidad, el análisis de riesgos es una tarea realmente compleja, con interpretaciones de ratios, series de volatilidad, ratings, etc. En segundo lugar, en los últimos años se ha producido un amplio desarrollo de productos financieros, destacando la amplísima variedad existente de fondos de inversión, la proliferación de nuevos productos más complejos, como son los derivados (opciones y futuros), ETFs (fondos cotizados), los productos estructurados, etc.

En definitiva, nos encontramos en una nueva era, donde la figura del economista experto en inversiones resulta imprescindible para que los ahorradores puedan encontrar el producto financiero que mejor se adapte a sus necesidades, teniendo en cuanta el perfil de riesgo, el horizonte temporal de la inversión, la liquidez y el objetivo de rentabilidad financiero fiscal a obtener.

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